ESCAPE Y LIBERACIÓN (LAS COMPULSIONES)

Y la palabra liberación la pongo entre comillas, como veremos en adelante. Hemos quedado que, debido a la mala comunicación entre las dos partes del cerebro, gracias a esa falta de serotonina, quedamos atrapados en un ciclo repetitivo de donde no somos capaces de salir.

Aquí es donde salen al escenario las compulsiones, que pueden ser abiertas o mentales. Se hacen para aliviar las atemorizantes imágenes que dan constantemente vueltas por nuestras cabezas y no se van. El individuo con TOC es perfectamente consiente por experiencia que estas compulsiones son totalmente inefectivas, pero, el ansia es sofocante y arrollador. Hacemos la compulsión para buscar la paz que suele ser temporal pero que la deseamos con todas las ganas. Sin embargo, inconscientemente le estamos enviando un mensaje al mecanismo de nuestra mente que ahora asocia la compulsión con el sofoque de un determinado “peligro”: La “liberación” nos llega a corto plazo y el bienestar es tremendo, pero… gracias a esta asociación que ha hecho la mente, la percepción del “peligro” se refuerza a medio-largo plazo. Caemos otra vez en la misma trampa. El ciclo continúa…

LA RUEDECILLA DEL HAMPSTER (II)

UNA CAJA DE CAMBIOS DEFECTUOSA (LAS OBSESIONES)

Cuando tienes TOC, la mente funciona como una caja de cambios con una sola marcha, quiero decir, no podemos saltar de una velocidad a otra con suma facilidad, nos quedamos atrapados en un ciclo negativo que se repite una y otra vez sin la capacidad de saltar de un pensamiento a otro (obsesiones) queremos parar, pero por mucho empeño que le pongamos, simplemente no podemos. Hacemos la compulsión pensando que es nuestra única válvula de escape. Detestamos hacer estas compulsiones, después de todo sabemos que no tienen sentido, somo consientes que no somos nosotros, que es nuestro TOC. Pero nuestras mentes TOC están bloqueadas, no se mueven a un ritmo normal.

TRATAR LA ESCRUPULOSIDAD EN EL TOC

La imagen arriba muestra a una mujer sufriendo de «Melancolía Religiosa» que es como se llamada antes a la Escrupulosidad (1).

El tratamiento de la escrupulosidad, se puede decir que es más difícil que lo sería con otras ramas del TOC. Mientras que la inmensa mayoría que padecen esas otras ramas, son perfectamente consciente que reaccionan irracionalmente a pensamientos intrusos, pero que al mismo tiempo son difíciles de no reaccionar, el sufridor de escrupulosidad tiende a estar un poco más convencido de la “realidad” de sus obsesiones y compulsiones.

El denominador común de todas las ramas del TOC, incluyendo por supuesto, la escrupulosidad es como sigue:

Todo el mundo tiene pensamientos intrusos, pero esto no quiere, para nada, decir que tienes TOC. Sin embargo, para aquellos con TOC, esos pensamientos son debilitantes y causan extrema ansiedad y hasta depresión. No importa lo mucho que lo intentes, no se van, no los puedes borrar de tu mente. Si padeces de escrupulosidad, lo que haces es que te involucras en rituales como forma de asegurarte que estas cumpliendo con los estándares de corrección que espera Dios, esa es tu compulsión.

Tampoco tener pensamientos intrusos te hace una mala persona, ya he dicho que todo el mundo los tiene, Aquí la clave es como reaccionas a la obsesión que ese pensamiento te ha creado. Si una persona libre de TOC tiene uno de esos pensamientos, lo más probable es que se pregunte el por qué ha pensado eso, pero, eso sí, los descartan automáticamente, no se le dan más importancia. Sin embargo, el sufridor de TOC se los toman al pie de la letra, pero, muy en el fondo, saben que no son reales, que no representan para nada a la persona, SIn embargo, siempre les queda el gusanillo de, Y… ¿sí? Ese gusanillo pronto se convierte en un espiral de rumiaciones hasta que el individuo se rinde a cualquier tipo de ritual para deshacer la “mala consciencia”

¿Por qué pasa esto? Porque tus neurotransmisores están fallando sus tiros de serotonina, que no dan en el clavo o donde tengan que dar. Que no padeces una enfermadad mental, ni por supuesto, eres una mala persona, lo único que pasa es que tienes un desequilibrio químico en el cerebro. Esto dicho así suena fatal, pero se trata de una enfermedad más, de esas que afortunadamente no matan y que se pueden tratar perfectamente.

Volviendo a la escrupulosidad, he aquí una curiosidad: Muchos podrían pensar que mientras se hacen o se terminan de hacer rituales ante Dios, sería fácil creer que el sufridor se siente realizado y en paz consigo mismo. Nada más lejos de la realidad. Una persona cualquiera puede asistir a misa, equivocarse mil veces articulando las oraciones, tener mil pensamientos intrusos y salir del edificio de la iglesia perfectamente feliz de haber cumplido con Dios. El sufridor no. Ya se le ocurrirá algo que le fastidie la paz. Es triste, pero es así.

Ya hemos visto en el anterior post LA ESCRUPULOSIDAD EN EL TOC cuáles son las características del Trastorno y un poco de su historia.

Vamos a comentar trabajos de profesionales sobre el tratamiento del TOC de la Escrupulosidad:

  • Primero la familia y los amigos del sufridor. Si tienen nociones, por muy básicas que sean, de como funciona el TOC, es una bendición, nunca mejor dicho la que estamos con el chip religioso. Aquí, el apoyo que se puede recibir no tiene precio. Si, al contrario, están en los dos polos del espectro de comprensión, quiero decir, los que, por ignorancia, se enfadan o incluso se mofan del que sufre, o los que por hacer un bien e intentar ayudar, reconfortan al paciente con palabras que lo único que hacen es, aunque inicialmente reconfortante, reforzar el trastorno a la larga: “Pues claro que no es un pecado” o “Dios no se preocupa por esas tonterías” Las buenas intenciones de los demás no siempre alivian al sufridor.

 

  • La Exposición y Prevención de Respuesta. Es la terapia insignia para todas las ramas del TOC y la ansiedad. La gente mejora considerablemente si hacen los ejercicios concienzudamente y con determinación. La teoría básica, es que el individuo se exponga voluntariamente a la fuente de sus miedos, una y otra vez, sin caer en la tentación de ritualizar. Si, repetidamente te sometes a algo que temes, la mente eventualmente reconocerá automáticamente lo irracional del asunto. Esto se llama en psicología, “habituación”. Es la terapia más directa y más eficaz, esta visto y demostrado en los últimos veinticinco años.

 

El terapista te expondrá poco a una jerarquía, de menos a más, a la hora de afrontar tus miedos. Por ejemplo, en el caso de la escrupulosidad, y para aquellos que tiene unos estándares de honestidad y la perfección, super inflados, se puede empezar por probar una oliva u otro alimento pequeño en una tienda y luego marcharte de ahí como si no te gustara el producto. Esto simula la idea de que estas robando, pero en realidad no lo está, es una acción perfectamente normal.

 

Al mismo nivel en la jerarquía está el arrojar en una vía pública un pequeño papel cortado si molestarte en buscar una papelera.

 

Los riesgos en la exposición se van aumentando gradualmente y un ejercicio tipo medio sería constantemente repetirse para si mismo si la Virgen María en realidad, puede que no haya sido Virgen. Y todo sin necesidad de ir a confesar o a la iglesia.

La Exposición y Prevención de Respuesta está basado en el principio de la habituación. Es como el que, se tira de cabeza a una piscina de agua fría. Si sientes el frío y te sales inmediatamente, la siguiente vez que te tires no solamente tendrás el mismo frío, sino que vas, a asociar el lanzarte al agua repentinamente con el frío. Ahora, si aguantas el tirón, verás como tu cuerpo se habitúa al agua fría hasta prácticamente no sentir incomodidad.

 

  • Paralelamente, se puede utilizar la Terapia Cognitiva. Yo personalmente, creo que es un magnifico soporte, pero para nada se puede igualar a la efectividad de la Exposición y Prevención de Respuesta. ¿Por qué? La Terapia Cognitiva es los más parecido al diván de los psicólogos de antaño, pero que en los últimos años se ha amoldado a los diversos aspectos de un amplio abanico de problemas psicológicos y de ansiedad, incluyendo, naturalmente, el TOC. Por ejemplo, en los pacientes de TOC, se amolda a sus diferentes ramas para los problemas de “aquí y ahora” y a diferencia del diván, no se basa en el pasado, ni en la infancia del individuo.

La terapia profundiza en reconocer aquellos patrones de pensamientos que pueden ser perjudicial y reemplazarlos con otros más productivos a la hora de pensar. Es una forma de reestructurar cognitivamente la mente para reducir esas conjeturas inducidas por el miedo sobre las obsesiones y las compulsiones.

Utilizando el símil de una autoescuela, sería la parte teórica de aprender a conducir. Naturalmente, la Exposición y Prevención de Respuesta son las prácticas.

  • Y finalmente, la medicación: La medicación puede perfectamente ir mano a mano con las dos terapias arriba citadas, pero, y esto es muy importante, nunca debe sustituirlas. No tengo ni que decir que hay que consultar a un profesional antes de considerar esta opción.

La medicación nunca podrá sustituir a los ejercicios de prevención de respuesta realizados agresivamente. La medicina te “allana” la actividad mental para realizar esos ejercicios en condiciones más ventajosas.

La familia de medicamentos por excelencia para tratar el TOC, así como otros cuadros de ansiedad y depresión, es la familia compuestas por los “Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina” (ISRS) que es un tipo de antidepresivo que actúan directamente sobre el sistema de serotonina. En España se comercializan con diferentes nombres comerciales, como por ejemplo la Sertralina. La verdad es que todavía no sabemos exactamente porque funcional con el TOC, pero se piensa que puedan tener efecto en alterar el balance químico del cerebro. Lo que si se sabe es que, efectivamente, reduce los síntomas del Trastorno Obsesivo Compulsivo, llevándose con ella su lado agudo. Para una persona con un TOC severo, sería muy difícil practicar esos ejercicios de exposición si pueden parecer tan agobiantes en un principio. La ansiedad que produce esos pensamientos intrusos se puede asemejar a un imaginario pinchazo agudo y es esa agudeza es la que los fármacos intentan redondear.

GLOSARIO:

  1. Esta persona se encontraba institucionaliza en el Surrey County Lunatic Asylum en la década de los 1850’s. Es una de las tempranas fotografías captadas por Hugh W Diamond.  Fijaros en el uso de palabras para describir la institución: «Manicomio de Lunáticos». Uno de los usos del término «Asylum» en inglés es manicomio y tiene connotaciones negativas. Corrían días mucho antes de lo políticamente correcto.

NOTA IMPORTANTE:

No soy médico ni psicólogo. Todo lo que se cometa en esta página esta basada en mi experiencia personal y el abundante material que he leído en estos últimos años. Este blog es de información complementaria y nunca como una guía para la auto medicación o la terapia propia. Siempre se debe consultar a un profesional.

Jorge García Larios

Melilla (España), a 12 de septiembre de 2018.

Escrupulosidad en Acción: El Sufrimiento de San Ignacio

jorge@nottinghillinversiones.com

AGRADECIMIENTOS:

  • OCD UK
  • Very Well Mind
  • Dr. Stephen Phillipson
  • Dr. Fred Penzel
  • Beyond OCD

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SAMUEL JOHNSON: EL SANTO PATRÓN DEL TOC

Si es que hay algo que se pueda llamar un Santuario del Trastorno Obsesivo Compulsivo, este está en Londres, concretamente muy cerca de Fleet Street, en Gough Square, y en el número 17 vivía el Dr. Samuel Johnson (1).

Samuel Johnson y su casa de Londres, el verdadero santuario para aquellos con TOC. El círculo a la izquierda entre las dos ventanas es una Placa Azul conmemorando la estancia del D. Johnson en esa casa.

Johnson poseía una de las mentes más privilegiadas del Siglo XVIII. Una notable figura literaria y el autor del más exhaustivo diccionario de la lengua inglesa hasta ese momento. Tal era la consideración que tenía el Dr. Johnson, que la segunda parte del Siglo XVIII se conoce por “La era de Johnson”. Pero Johnson tenía un problema, padecía de una forma severa del Trastorno Obsesivo Compulsivo.

Nació en Lichfield, cerca de Birmingham en Inglaterra, en 1709. Su padre, Michael era un modesto vendedor de libros. Sin embargo, a pesar de su humilde procedencia, el jóven Samuel logro ir a la Universidad de Oxford, pero después de trece meses fue dejado caer por ser demasiado pobre, hecho que le causó una grave depresión. Era una pena porque era hombre académicamente brillante, pero tuvo que dejar los estudios por pobreza cuando había otros menos brillantes que continuaban. (2)

La salida para Johnson fue de dar clases particulares, pero también le cogieron por ahí al no tener un título universitario. Por estas fechas se agravaron sus legendarios tics y compulsiones que ahora eran muy evidentes. (3) Era muy difícil mantener una imagen digna y mantener el respeto de los alumnos.

En 1737 se decidió por el borrón y cuenta nueva y lo hizo junto a un antiguo alumno, David Garrick (4), que luego pasó a ser unos de los mejores actores/directores de su día. Así, Johnson empezó la carrera que le acompaño hasta su muerte en 1784. De su “fábrica” salieron obras de teatro, biografías, sátiras políticas, informes sobre el parlamento, trabajos de ficción, pero, lo más importante de todo fue su famoso diccionario (5). En el año de su publicación en 1755, Johnson había recopilado personalmente y una por una, más de 40.000 definiciones. El diccionario era eso, el… diccionario y su reputación se mantuvo hasta la publicación 150 años más tarde, del Oxford English Dictionary. No debemos de olvidar otro gran trabajo, un recuento de la obra de Shakespeare en ocho volúmenes en 1765.

Mucho de lo que sabemos de Johnson es gracias a su gran amigo James Boswell, el autor de su biografía (6). Los dos se conocieron en Londres en 1763. Los síntomas de Johnson eran bien conocidos por aquellos en su entorno y están muy bien documentados, particularmente por el mismo Boswell. Vamos a ver un ejemplo:

“(El) tenía otra particularidad, por la que ninguno de sus amigos llegó a preguntar, parecía algún tipo de hábito supersticioso, que había contraído antes, pero nunca recurrió a su razonamiento para desenrollarse. Esto era su cuidado ansioso de entrar o salir de una puerta o pasaje, utilizando un determinado número de pasos desde un cierto punto, o, cuando menos, para que su pie derecho o izquierdo (no estoy seguro cual) debiera constantemente efectuar el primer movimiento cuando se acercaba a la puerta o el pasaje. En numerosas ocasiones, lo he visto parar de repente para luego contar sus pasos con una profunda seriedad, y, cuando se había descuidado o errado en estos movimientos mágicos, lo he visto volver, ponerse en la postura correcta y empezar (otra vez) la ceremonia, y, una vez terminada, rompía su abstracción y se acercaba rápidamente a sus acompañantes”

Casi todo el mundo con TOC o Síndrome de Tourette (7) han intentado justificar sus gestos delante del confundido público, o al menos lo ha pensado, con eso de “Sé que parece raro, pero es que lo tengo que hacer”. Tuvo que ser especialmente devastador para un hombre tan brillante como Johnson de ver como se encontraba atrapado en una tela de araña de complejos e ilógicos tics y rituales. En el Siglo XVIII, no había ningún tipo de diagnóstico para estas patologías y por supuesto, tampoco había un tratamiento adecuado.  Lo peor quizás, era la incomprensión y reacción del público en general ante este tipo de compulsiones (8) Esos comportamientos eran tachados de malos hábitos, ataques repentinos y lo peor, como la locura. Los sufridores eran ridiculizados y/o evitados. Una tal Miss Frances Reynolds (9), hermana del famoso pintor Sir Joshua Reynolds (10) y amiga de Johnson, se preguntaba cuales eran los motivos de tan extraños comportamientos:

“¿Qué es lo que le ha provocado la práctica de tan extraordinarias gesticulaciones? …quien lo sabe. Sus manos y sus pies en moción al mismo tiempo. Mucha gente ha sugerido que era el efecto natural de un trastorno nervioso, pero, si ese fuese el caso, no se hubiese sentado quieto cuando quisiera, que es lo que hacía, y, en efecto, tan quieto, (que) cuando (se) sentaba a posar (ante el pintor), muchas veces le felicitaron por ser un ejemplo para otros modelos, ni rasgo de su complacencia o de su buena naturaleza”

Lo que Miss Reynolds no sabía que esos tics y compulsiones se pueden, a veces, resistir, cuando menos por algún tiempo. Su hermano, Sir Joshua, tenía su propio punto de vista sobre el comportamiento de Johnson , su teoría era:

(Los comportamientos) “procedían de un hábito al que se había entregado, acompañar sus pensamientos con ciertas acciones abiertas, como si desaprobaba de ciertas conductas antiguas. El gran objetivo en su vida (dijo) era escapar de esta propensión que consideraba un trastorno de la mente, que no curaba nada, menos la compañía”

Aquellos con TOC muy bien saben, que la distracción a veces alivia las obsesiones, y afortunadamente para Johnson, era un frecuente invitado en círculos sociales. Eran sus brillantes ocurrencias, sensatez y creatividad lo que le ganó la aceptación de su entorno, en una época cuando este tipo de cosas se podía fácilmente etiquetar como demencia. El mismo Johnson vivió siempre con el miedo de volverse loco. (11)

La casa de Johnson (12), es ahora un museo. Si se visita a una hora tranquila y da tiempo a reflexionar, uno puede fácilmente vivir las dificultades que tuvo para superar, sin ningún tipo de ayuda de terapias ni medicamentos, y hasta sin ningún tipo de comprensión personal de lo que le estaba pasando. El mismo Johnson se preguntaría el porqué, en ciertos días, hacer hasta las tareas diarias más simples, costaba un esfuerzo titánico. Si el visitante padece de TOC, sería muy fácil entender eso. El ático de la casa es donde se compuso el famoso diccionario y aquí es cuando a uno le cae encima la dimensión de la grandeza de la obra de Johnson, a pesar de los monstruosos obstáculos a que se enfrentaba todos los días. Si admiras los cuadros de Johnson, puedes perfectamente visualizar a este hombre, altamente inteligente pero torturado, saltando con vigor, para adelante y para atrás los umbrales de las puertas, subiendo y bajando estas escaleras contando sus pasos, constantemente tocando el suelo y repitiendo entre dientes rezos repetitivos, mientras en su camino hacía el ático y al trabajo de su gran obra que está entre lo más brillante de su día.

Uno de los salones de la casa, en esos espacios el Dr. Johnson creó entre los trabajos más emblemas de la literatura inglesa, eso, cuando no estaba rumiando los ataques del trastorno.

Además de esos rituales, abiertos y compulsivos, parece que Johnson también padecía de obsesiones que involucraban la culpabilidad, la Religión y la responsabilidad. Se puede detectar algunos comentarios sobre salud mental en su obra, pero donde más es en “Rasselas, Príncipe de Abisinia” (1759) (13) que parece que habla por sí mismo:

“Los trastornos del intelecto ocurren mucho más a menudo que los observadores superficiales puedan fácilmente creer. Quizás, si hablamos con rigurosa exactitud, ninguna mente humana está en su estado correcto. No se encontraría nadie cuya mente no la haya tiranizado las nociones irreales, forzando la esperanza o el miedo más allá una probabilidad sobria. No se pronuncia (como) locura, sólo cuando se convierte en ingobernable y aparentemente influye al habla y al movimiento”

Y sigue:

“Ninguna enfermedad de la Imaginación es tan difícil curar como aquellas que son complicadas por el temor y la culpabilidad: Caprichos y conciencias que se intercambian en nosotros tantas veces, esos espejismos de uno, a menudo no se distinguen del otro. Si los caprichos representan imágenes no morales y religiosas, la mente los expulsa cuando causan dolor, pero cuando las nociones melancólicas toma la forma del deber, se agarran a las facultades sin oposición, y es porque tenemos miedo a excluirlos y desterrarlos. Por esta razón los supersticiosos están frecuentemente melancólicos y los melancólicos son siempre supersticiosos”

Puede que Johnson también se entregara a rituales de rezos compulsivos para combatir sus pensamientos religiosamente escrupulosos (14)  y supersticiosos. Boswell escribió:

“Hablar solo era, una de sus singularidades desde que lo conocí. Yo estaba convencido que a menudo hablaba de exclamaciones piadosas; fragmentos de la oración del Señor han sido escuchados distintivamente.

Los numerosos tics de Johnson eran bien conocidos por su entorno y también de todos los que se cruzaban en público. Boswell nos dio una descripción de algunos de sus tics vocales:

“En los intervalos de su elocución, hacía diversos ruidos con su boca, a veces como si rumiaba, a veces soltando medio silbido, a veces haciendo que su lengua chasquease hacia atrás desde el cielo de la boca, como el cloqueo de una gallina, también haciéndola que presione (su lengua) su encía superior delantera, haciendo como si pronunciara en voz baja tú, tú, tú; todo esto acompañado con una atenta mirada, pero más frecuentemente con una sonrisa”

Miss Reynolds también notó algunos de sus tics motrices, escribió:

“Abría y cerraba su boca constantemente, como si masticaba algo; tenía un particular método de hacer girar sus dedos y doblar las manos; su grande cuerpo en agitación constante, balanceándolo hacía adelante y hacía atrás; sus pies en ningún momento tranquilos; y su gran persona entera muchas veces parecía como iba a rodar voluntariamente desde su silla hasta el suelo”

Describiendo un paseo que dio un día con él, Miss Reynolds anotó:

“Me acuerdo bien qué sus gestos eran tan extraordinarios, que los hombres, mujeres y niños se acumulaban alrededor de él riéndose y casi se dispersaron cuando se sacó del bolsillo el “Grotíus De Veritate Religionis” (15) haciendo movimientos de balanceo tan violentos que despertaron la curiosidad de algunas personas que estaban a cierta distancia que se acercaron para ver que le pasaba”

Sigue Miss Reynolds:

“La maniobra que llamaba más la atención a la compañía con quien estaba era el elongar de su brazo con una taza de té llena en la mano, moviéndola en toda dirección para total irritación del que se sentaba a su lado, ciertamente para el inminente peligro de sus ropas. A veces se giraba con su cara cerca de la espaldera de la silla para terminar su taza de té, respirando profundamente como haciendo un gran esfuerzo.

Las numerosas e ingeniosas citaciones de Johnson llenan libros enteros, parecía que nunca le faltaban las palabras. Una anécdota que recuenta Boswell indica la habilidad de Johnson para afrontar las preguntas y comentarios que le hacían sobre sus raros comportamientos en público:

“Me complace mencionar un agradable instante en su duradera suavidad cuando escucha una de sus peculiaridades mencionadas: Una niña muy joven, impresionada por sus extraordinarias mociones le dijo: “Le ruego, Dr. Johnson, ¿Por qué hace usted esas extrañas gesticulaciones?” “De malos hábitos” contestó. “Y tú, querida, ten cuidado de guardarte de los malos hábitos”.

Para ser exactos, Johnson apenas hablaba de sus tics y de sus compulsiones, pero si se defendía. Cuando en una cena, con sus movimientos le sacó accidentalmente un zapato del pie a una de las comensales, respondió a las risas que siguieron:

“Sé que acabo de ganarme su reprimenda, el movimiento fue involuntario, y la acción no fue intencionadamente grosera”

Los que padecen de TOC pueden muy fácilmente entender lo que este hombre aguantó, tanto en público como en privado. Ha habido muchos adelantos en los últimos treinta años en la investigación del TOC y del Síndrome de Tourette y sobre todo se va logrando la compresión del público, aunque todavía falta mucho.

Es triste mirar atrás a aquellos que en el pasado no tenían otra que afrontar con dolor cada día las apabullantes dificultades que el misterioso trastorno le ponían en el camino.

“Cuando examino mi vida, descubro nada más que una estéril pérdida de tiempo, con desórdenes de la mente cerca de la locura”

Dr. Samuel Johnson

Estoy seguro qué, esto lo escribió en uno de esos días llenos de síntomas. Es verdaderamente inspirante ver como a pesar de la cruel y debilitadora enfermedad, hay algunos que salen adelante, todo un gran ejemplo. Ellos también son los Santos Patrones de TOC, como lo es Samuel Johnson.

Antes de terminar con una nota positiva quiero decir que hoy día sabemos perfectamente cómo funciona el TOC, tenemos herramientas de sobra para un alivio duradero. Ya se sabe que el TOC se puede decir que es un problema de ansiedad, un compendio de fallos en el tiro de los neurotransmisores.  Con terapias y medicamente se consigue el objetivo, y eso sí, con fuerza de voluntad. Sin tener esta información dijo Johnson:

“Una gran obra se consigue no por la fuerza sino por la perseverancia”

Dr. Samuel Johnson

GLOSARIO:

  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Johnson
  2. Lo que se demuestra una vez más que la curiosidad, el esfuerzo y la profesional adquirida, es a veces, más efectivo que un título universitario. Sin, embargo, en los derroteros que nos hemos creado en esta vida, no supone que es así.
  3. Todos sabemos que un episodio de emociones fuertes o de estrés en nuestras, vidas solo consigue agravar los síntomas del TOC.
  4. David Garrick (1717 – 1779): Dramaturgo y también, una de las principales figuras de los escenarios ingleses como actor.
  5. Artículo Completo: Pinchar Aquí.
  6. Artículo Completo: Pinchar Aquí.
  7. Síndrome de Tourette: Pinchar Aquí.
  8. Aparte del evitar que las compulsiones pasen desapercibidas ante el público, por miedo a la ridiculización social, otro aspecto del trastorno es el contante recuerdo de situaciones bochornosas del pasado. Esto tortura sistemáticamente al paciente.
  9. Miss Frances Reynolds: (1729 – 1807). Hermana del afamado pintor, Sir Joshua Reynolds. Ella también hizo sus pinitos en el mundo del arte, pero, sin tanto éxito como su hermano.
  10. Sir Joshua Reynolds. (1723 – 1792) El promotor del “Gran Estilo” y reputado retratista (pintó al Dr. Johnson en varias ocasiones). Socio fundador y primer presidente de la Royal Academy. Fue nombrado Caballero (Sir) por Jorge III en 1769.
  11. Hoy día conocemos bastante sobre el TOC para canalizar los síntomas como lo que son, un compendio de ansiedad y tiros fallidos de los neurotransmisores. No es una enfermedad mental per se, el paciente de TOC está totalmente consiente de sus pensamientos y sus acciones. Existen terapias y medicamentos de éxito probado, pero hay que admitir que en los tiempos de Johnson e incluso hoy día para aquellos que no buscan ayuda, los síntomas pueden parecerse algo a la locura, que no lo es.
  12. Artículo Completo: Pincha Aquí:
  13. Rasselas, Príncipe de Abisinia: En el libro publicado en 1759, se detecta perfectamente el calibre del Dr. Johnson, aparte de su trágico sentido de la vida y su enmascarada lucha contra lo que hoy llamamos TOC, Johnson pone de manifiesto su sentido de justicia, su sabiduría y su extraordinario equilibrio entre el humor y la sensibilidad. Su gran pregunta es: ¿Qué es la felicidad y cómo podemos encontrarla? – El argumento es muy original, el héroe, Rasselasy y sus acompañantes, viajan a Egipto dejando atrás el bienestar y los placeres de su acogedor valle en Abisinia, y todo para satisfacer la curiosidad y aprender como vivían los demás. El libro salta sobre todo tipo de materia, las máquinas voladoras, la poesía, el matrimonio y cómo hemos visto ante, la locura.
  14. La Escrupulosidad: Pinchar Aquí:
  15. De Veritate Religionis: De Hugo Grotíus (1583 – 1645): Sus argumentos hacia la verdad de la Religión Cristiana, (reproducida en simples versos en inglés)

AGRADECIMIENTOS:

  • Fred Penzel
  • OCD History.com
  • Western Suffolk Psycological Services
  • Además de documentación propia

Visitar mi otro blog: Lengua y Cultura Anglosajona

 

             

 

 

 

¿Que es el Trastorno Obsesivo Compulsivo?

¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)?

Es ante todo un problema de ansiedad y no de pensamientos a pesar de que los pensamientos asociados con el trastorno se pueden considerar “raro” para quienes (tienen la suerte) de no padecer la patología. Las características predominantes son las obsesiones recurrentes (pensamientos) que crean un sentimiento de alarma y las subsecuentes acciones o rituales que el paciente realiza para deshacerse o escapar de la dicha amenaza que ofrece la obsesión (compulsiones). El Dr. Steven Phillipson, uno de los más reconocidos expertos en la materia y es en su obra que se basa la mayor parte de este artículo, denomina estos pensamientos intrusivos como “spike” que podemos muy abstractamente traducirlo como “lanza”.

Las obsesiones toman forma o bien como una amenaza percibida de daño físico sobre uno mismo y/o sobre otros o en algunos casos esta amenaza es de naturaleza metafísica o espiritual que hasta puede tocar el campo de la divinidad.

El 80% de las personas que padecemos esta debilitante enfermedad somos dolorosamente consientes que estas acciones o rituales que llevamos a cabo para deshacer el problema son irrazonables e irracionales pero que sin embargo esta percepción no produce ningún alivio por lo que ofrecer cualquier tipo de consuelo cortoplacista al paciente no ofrece efecto positivo duradero alguno.

No es inusual que la gente en general se pregunte si son candidatos para un posible diagnóstico de TOC dado que los ejemplos que siguen no son muy diferentes de lo que hace hasta un cierto punto la población no-clínica en su día a día. Comportamientos que parecen mucho estar asociados al mundo del TOC pueden ser utilizar papel para operar la cisterna de un WC, tocar madera para deshacer malos augurios, santiguarse cuando pasamos delante de un cementerio o una iglesia o decir “Dios nos libre” cuando hablamos de la muerte potencial de una persona viva. Pruebas simples para determinar si estas reacciones cruzan la línea roja del TOC incluyen preguntarse cuánto dinero costaría no hacer o pensar la acción segura representada en los ejemplos arriba. Las personas libre de TOC probablemente acepten de nada hasta 10 o 20 Euros en unos casos. Algunos pacientes de TOC ni aceptarían € 100.000 si es que tienen que encarar sus miedos. Otro criterio es el grado que es capaz de afectar la vida de los que sufrimos la patología. Toda la población no-clínica tiene ciertas rarezas o peculiaridades pero muy frecuentemente las personas con TOC invertimos muchas horas batallando y evitando situaciones que nos pueda provocar esas “lanzas” y que nos lleven a un mundo de compulsiones y rituales tanto físicos como mentales. Por poner un simple ejemplo, mucha gente de vez en cuando escuchan una canción que se nos queda en la mente y que se repite hasta la saciedad. Este efecto “Disco rayado” es simplemente enojante para la mayoría pero para los que padecemos TOC la intolerancia y ansiedad que nos provoca genera muchísima agitación sobre si estamos perdiendo la cabeza.

El TOC de divide en Ramas y Sub-Ramas. He aquí las más habituales.

TOC Clásico

La rama más común y bien estudiada del TOC es el llamado TOC “Clásico” donde la acción de deshacer la obsesión generalmente producen compulsiones abiertas. Dentro de esta rama tenemos el TOC de contaminación que dentro del general desconocimiento popular sobre la patología es lo que asocia mucha gente en exclusiva con la enfermedad aunque no es la única sub-rama, ni mucho menos. En esta sub-rama el paciente es ultra-consiente de los gérmenes, la infección y/o ciertas enfermedades. La simple presencia de suciedad por muy poca que sea provoca un sentimiento de amenaza que produce una increíble ansiedad y una potente pre-determinación para reducir la presencia de estos contaminantes. El ritual de escape más común es de limpieza (lavado de manos, limpieza crónica, etc). El TOC de comprobación también cae bajo el ala del TOC Clásico. Aquí la preocupación fundamental es la seguridad y cuyas compulsiones asociadas pueden ser la comprobación de cerraduras, interruptores, grifos, estufas u otras cosas que si se dejan de comprobar pueden representar un peligro que puede afectar el bienestar de la persona o de las que le rodea. No está fuera de lugar que una persona con esta manifestación comprueben cosas entre 10 y 100 veces. El agobiante impulso para re-comprobar se mantiene hasta que la persona experimenta una reducción en tensión a pesar de haber estado consiente en todo momento que no existía el problema.

Menos comunes formas de TOC incluye Acaparamiento que es el almacenaje excesivo de artículos sin valor como publicidad y periódicos viejos o la compra obsesiva de ciertas cosas, por ejemplo ser propietario/a de cientos de pares de zapatos. Otras cosas típicamente almacenada incluye basura, artículos de novedad, revistas antiguas, botellas vacías, etc. Unos de los razonamientos más comunes en justificar comportamientos de Acaparamiento Obsesivo es un insuperable miedo de que un día estos artículos podrían ser útiles o ser de algún valor y por lo tanto no se puede deshacer de ellos. Otro sub-grupo en esta rama son personas emocionalmente apegadas a ciertos artículos que sienten que estos representan significancia emocional que reflejan un momento en particular en el tiempo. La persona siente que renunciar a ellos es de alguna forma equivalente a realizar una experiencia o asociación pasada con un ser significativo.

Ordenar es una subcategoría donde las personas se obligan a colocar cosas en un sitio designado o en un orden en concreto. La personas experimentan un sentido de agobio y una latente anarquía si las cosas no están exactamente donde arbitrariamente fueron determinadas. Las personas con esta manifestación típicamente colocan cosas en líneas en ubicaciones en paralelo pero el foco en el concepto es que todo pertenece a un sitio en particular. Otra forma de TOC es el perfeccionismo donde las personas se ven con la necesidad de sistemáticamente revisar errores en potencia que pueda revelar sus fallos o que pueda poner en duda su imagen o credibilidad en el trabajo.

Puro-Obsesivo

La siguiente rama del trastorno es la llamada Puro Obsesivo o simplemente Puro-O. La más reseñada característica de esta rama del trastorno es el escape o evite a través de excesivos comportamientos mentales de pensamientos indeseados o nocivos. En su forma más genérica las personas pueden tener palabras o frases angustiantes repetidas constantemente en sus mentes, algo como lo que experimentamos casi todos cuando una canción desagradable se repite una y otra vez en nuestro consiente sin poder elegir que esté allí. Las personas con la clasificación Puro-O pueden también experimentar lo que a ellos les parece como una creencia de amenaza que consiste en su potencial en hacer daño a otros o que simplemente la idea de tener los pensamientos amenazantes sugieren algo malvado o depravado sobre su identidad, capacidad o auto-estima. Esta clasificación también incluye a personas que llevan a cabo una tremenda cantidad de resolución de problemas cognitivamente hablando (rumiar) como ritual. Sinfín de intentos para contestar preguntas relacionados con la propia orientación sexual o algo tan simple como el nombre de su profesor de secundaria puede ocupar muchísimas horas para solucionar el problema.

La clasificación también recoge a personas con un inflado sentido de la superstición en que, por ejemplo, ciertos números pueden tener un gran significado en relación a posibles resultados en positivo o negativo. Típicamente, números positivos o quizás el número “siete” conlleva una más elevada probabilidad para la seguridad o hacia el permiso de proceder con una determinada tarea. Otros números advierten que algo ominoso está a punto de suceder. Estas personas se someten a elaborados rituales de contar o de tocar para asegurarse que sobre el número seguro y deseado es donde finaliza la tarea o el pensamiento. La superstición no tiene que está limitada a números, el viejo juego de niños de no pisar grietas o no pasar por debajo de escaleras de peldaños toman un significado más allá de la capacidad de comprensión de mucha gente.

TOC de la Responsabilidad  

También llamado Híper-Escrupulosidad. Es la rama restante y es de alguna manera la forma de TOC algo más compleja y difícil de tratar. Aquí la preocupación de la persona no es ella misma sino que está dirigida al bienestar de otros. Típicamente los seres queridos (a pesar que a veces es la sociedad en general) son considerados como un foco predominante sobre quienes se debe evitar cualquier posible daño. El TOC de la responsabilidad puede tomar forma de Puro-O tal como tener un pensamiento nocivo que algún tipo de daño puede sufrir otra persona. La persona con TOC puede sentirse obligada a rezar para prevenir cualquier daño a terceros. Aquellas personas quienes manifiestan esta rama también puede que se sometan a elaborados rituales de limpieza para prevenir que otros se contagien de aquellos gérmenes o enfermedades con la que la persona con TOC pueda estar infectada pero al mismo tiempo no teme por su propio bienestar. Las personas con esta rama a menudo suelen advertir a terceros sobre posibles riesgos peligros y asimismo se responsabilizan excesivamente por ello con el fin de no ser considerados culpables a la larga. La razón por la cual esta forma es particularmente difícil de tratar es por la combinación de ansiedad en asociación con el riesgo y el peligro se ser responsable de cualquier adversidad que les pueda ocurrir a otros.

Existen formas más oscuras de TOC como el Trastorno Dismórfico Corporal. TDC es una condición donde las personas se convierten excesivamente enfocadas en alguna parte de su anatomía que ellos consideran extremadamente malformadas. Usualmente la zona donde la persona con TDC hace hincapié no es percibida como un defecto por otros en su entorno. Las personas se someten a sistemáticos rituales de comprobación para intentar asegurarse o para asesorar la severidad de su malformación ante el espejo. A veces se someten cirugía plástica constantemente e involucran a otros para asegurase dentro de la ausencia del problema.

Otra oscura sub-clasificación del TOC es el llamado Síndrome de Referencia Olfativo en que las personas se arraigan en la idea de que alguna parte de su cuerpo desprende un aroma nocivo. Típicamente las partes del cuerpo más afectadas suelen ser las zonas genitales, el aliento, pies o axilas.

La última forma del TOC involucra la preocupación sobre el potencial de contraer o tener algún tipo de enfermedad física grave como por ejemplo cáncer u otra enfermedad que conlleve una amenaza a la vida. Esta condición se continúa llamando Hipocondría y existe en el DSM-IIIR (EE.UU) como desorden separado del TOC. Sin embargo tal como el Trastorno Dismórfico Corporal, los síntomas y la búsqueda sinfín de la seguridad caen completamente bajo la categoría diagnostica del TOC.