PENSAMIENTOS INTRUSOS… IGNÓRALOS

La mejor forma de definir “pensamientos intrusos o intrusivos” sería que son inoportunos, molestos, poco gratos y desagradables. Yo añadiría que en algunos casos terroríficos y debilitantes. Estos pensamientos son ideas, preguntas o imágenes que nos saltan a la mente involuntaria y automáticamente y que para una persona TOC, fácilmente nos puede llevar a la obsesión y de ahí a la casi inevitable compulsión. Los pensamientos intrusos es característica especial de una rama del Trastorno Obsesivo Compulsivo que se llama “Puro O”, o Puro Obsesivo. En esta “especialidad” al sufridor le salta de repente a la mente una de esas ideas, preguntas o imágenes. Esto en el mundo médico se llama en inglés un “spike”, y que yo llamo un “pinchazos mentales”. Hasta ahí bien, pero vamos a ver cómo reaccionan unos y otros.

La población “no clínica”, es decir aquellos que tienen la suerte de no padecer de TOC, reaccionan instintivamente de una forma neutral sin darle la importancia que a lo que el desorden busca, dejándolos simplemente en insignificantes o como “cosas que pasan”, que son parte fundamental del funcionamiento de la mente humana, y solo es como una absurda barbaridad que no tiene nada que ver con los valores reales de la persona. Y es que pensamientos intrusivos los tienen todo el mundo, sean “clínicos” o no.

Sin embargo, el “Puro O”, y dado el mismo “pinchazo” reacciona bajo una profunda alarma y ansiedad que le lleva a la obsesión. Aquí la urgencia para liberarse de la “maldición” es lo más importante en ese momento para esa persona. Un individuo con TOC “Clásico” respondería con compulsiones abiertas, es decir, la descontaminación (aseo), la comprobación (seguridad) el orden (la simetría). El Puro O no hace compulsiones físicas sino mentales y en forma de rumiaciones en un intento de encontrar esa “ocurrencia mágica” que desbloqueo de la “maldición” y de paso cimentar una barrera mental de protección que ayude a filtrar futuros “pinchazos”. Wishful thinking.

Pero, desgraciadamente, no todo es tan simple en el mundo del TOC, y como los sufridores “clásicos”, ese Puro O se las arreglas para buscarles los “tres pies al gato” e involuntariamente encontrar esa grieta en la armadura de la barrera que desmonte el proceso de alivio y liberación. Siguen dándoles vueltas a la rueda de “hámster” hasta aparece el alivio natural que da el paso del tiempo, el cansancio mental y lo mejor de todo, tener la suerte de encontrar una actividad o problema de verdad que desvíe nuestras mentes de la obsesión.

Yo no soy médico ni nada que se le parezca y sólo hablo por experiencia. Así que aquí no voy a entrar en analizar posibles tratamientos, que, por otra parte, los hay y muy efectivos hoy día.

Como el título de mi blog dice… Deja de bailar con la Bestia porque el TOC se cura.

Melilla (España) 15 de junio de 2020.